Atravesando pruebas

Dentro de los muchos recursos que tenemos a nuestra disposición existe la de prepararnos para atravesar pruebas de manera excelente. Las mismas pueden ser entrevistas laborales, exámenes o bien una presentación importante en la oficina o ante autoridades

En estos casos, se suele prestar especial atención al contenido que se va a presentar buscando dar lo mejor, en la mayoría de las veces.  Quienes pasaron por algunas de ellas, ven como habitual dedicar horas a la búsqueda y adecuación de los conceptos a transmitir de acuerdo al contexto en la que se brindara.

¿Más, cuánto tiempo se dedicas a tomar conciencia del estado interno necesario para presentarlo con excelencia?

Estar motivados para hacer con excelencia nos lleva a buscar las mejores opciones para ofrecer un producto o una idea. Involucra tanto el  estilo comunicacional como la pasión que corona este momento, Muestra la competencia del presentador que termina inspirando a la audiencia sin hacerlo conscientemente,

 ¿Qué pasa con tus emociones en el momento de llegar al ansiado evento? ¿Las creencias en juego te apoyan o  te limitan?

Pocas veces prestamos atención a estos últimos aspectos que son los que nos pueden llevar a generar un material excelente y transmitirlo desde un estado interno disfuncional

Te cuento que existen muchos recursos para quienes deseen dar lo mejor de sí al presentar cualquier material, como por ejemplo imaginar con anticipación el escenario en el que se desarrollará  la presentación,  verte desplazándote por el mismo. Puedes  escucharte hablar con el tono con el que deseas transmitir tus ideas, ensayar ese discurso como también,  ampliar la sensación que deseas mantener durante el transcurso de la presentación. Son muchas y variadas las posibilidades para prepararte para la acción excelente.  

La gente no sólo escucha lo que dices y sino también la forma en que lo dices. Y tal como nos dicen los estudiosos, la comunicación no verbal tiene un alto impacto en cualquier momento de vida. Mientras más importante sea para ti la presentación para ti, más tendrás que prepararte tanto cognitivamente como comunicacionalmente.

¿Cómo te ves desarrollando el estado deseado? ¿Cómo sonaría tu voz con confianza y seguridad? ¿Cuál es la sensación o emoción que deseas transmitir a tu audiencia? ¿Puedes identificarla? ¿Puedes ampliarla?

Dice Aristóteles: “Somos lo que hacemos cada día. La excelencia no una acción, es un hábito.”  Y es posible lograr en la medida que consciente y constantemente  le damos un tiempo y un lugar para hacerlo.

Alcanzar los efectos deseados  es una tarea de cada día y el hábito  conduce por un camino de logros que permite disfrutar del mismo mientras se recogen los frutos buscados

Luisa Cordeiro