“En cada paso, todo el camino. En cada instante, toda la vida. En cada pincelada, todo el corazón. Saber es saborear, capacidad de extraer el gusto, la esencia, de algo.
Una persona acelerada, no está en condiciones de disfrutar la belleza del ahora. Se atraganta con la agitación, no puede extraer los nutrientes que guarda cada momento.
Está lanzada al mañana, corre tras su ilusión de lograr un sueño, cuando no escapa de la vacuidad de sí mismo, de la desesperación de encontrarse con la propia soledad.
No es bueno terminar rápido una buena comida. Hay que aprender a saborear el bocado, el agua, el vino y el café. También la amistad, la compañía, los amaneceres y el amor”
Saborear. Enrique Mariscal