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De exigencias y exigentes ...

1 de Septiembre del 2014

Propuesta de reflexión respecto de una manera de ser y estar en el entorno cotidiano...

Exigir.. Exigiendo… Exigente… Una forma de ser y estar desde la exigencia y la auto exigencia…  Un estar siendo desde el que interactuamos considerándolo necesario y deseado a la vez.  Exigiendo… o solicitando de manera intensa, tal vez… Una forma de estar que nos suele dejar un sabor amargo …

Vivir desde la exigencia... es forzarnos al deber ser,  a “los tendría que”,” a los debería”  con los que colmamos nuestra vida, colmada de presiones internas.. Tal vez porque necesitaríamos que el día tenga tres veces más de horas que las 24 habituales, o tal vez porque  lo vivimos como si tuviera más de 24 horas, o tal vez porque pensamos que tenemos que hacer sin medida, o porque no podemos delegar, o porque… porque sí…

¿Cuáles son las sensaciones que descubrimos en nosotros cuando nos sentimos presionados por la cantidad de tareas que nos hemos impuesto llevar a cabo? ¿Angustia? ¿Pena? ¿Piensas que puedes cumplir con lo que te has comprometido contigo o con los  otros? ¿Cuál es tu nivel de disfrute cuando te encuentras en situaciones en las que has sobredimensionado tu capacidad de hacer u organizar tu tiempo, por ejemplo? 

¿Alguna vez te dijiste que eres exigente contigo mismo solamente? ¿Será cierto? ¿Puede ser que la persona que se exija, lo haga solamente consigo misma? ¿Será un estilo? ¿Cuáles serán las ideas que tiene la persona que exige.. o se exige?

Una de las formas que reconocemos en nosotros con mayor facilidad es la de auto exigirnos… Como si desde ese modelo de vida o de mundo, la exigencia fuera menor. Tal vez ocurra porque  en algún momento de nuestra vida, alguien nos dijo que “era necesario que “fuéramos”, “hiciéramos”, “contáramos” … de determinada manera… 

Claro, esto para continuar siendo… ¿Siendo qué? ¿Siendo cuando? ¿Siendo con quien? ¿Siendo para qué?  Como si estuviéramos rindiendo examen en todo momento de vida. Como si la persona que estamos siendo no alcanzara para satisfacer algún estándar, que muchas veces nos lo ponemos nosotros mismos y otras nos son impuestos desde el afuera

¿Qué nos pasa cuando nos exigimos? ¿Dónde ubicamos el disfrute en nuestra vida cuando nos ubicamos en esa situación? Al detenernos y tomar conciencia… continuamos “eligiendo conscientemente” esa postura o manera de ser y estar?

Entrenar nuestra capacidad de elección es una de las herramientas que proponemos para comenzar a repensarnos, sobre todo cuando nos damos cuenta que necesitamos cambiar esta actitud de vida en relación con la exigencia y  la auto exigencia. Ya sea por la presión que nos trae, o bien por las tensiones que nos acarrea, por ejemplo.

Elegir la forma de ser y estar en el mundo es ampliar nuestra mirada y observar que además de las opciones que hemos incorporado como válidas y que guían nuestras acciones y pasiones,  existen también otras muchas opciones que pueden ser una puerta de entrada al mundo del hacer creando y disfrutando.

Para ello necesitamos estar conscientes si nos damos la posibilidad de incorporar en nuestra vida nuevas opciones o nuevos aprendizajes. Aceptar que podemos tener conductas o comportamientos que estarían bueno cambiarlos, por ejemplo. O hábitos, o relaciones, tal vez….

¿Qué pasaría si levantáramos nuestra mirada y observáramos nuestro alrededor. ¿Qué veríamos?  ¿Que necesitaríamos pensar, sentir o hacer al respecto? ¿Estar más atentos para observar  nuestros juicos y prejuicios, tal vez?

Los seres humanos creamos modelos de mundo, y estos son las imágenes, los supuestos, las ideas, y las creencias que tenemos respecto de cómo funcionan las personas y las organizaciones. A partir de ello interactuamos e incidimos en la realidad que nos rodea.  Por ello, estar consientes de cuáles son nuestros pensamientos, o sentimientos respecto del tema de la exigencia y las consecuencias que nos acarrea, es transitar la vida desde un determinado grado de conciencia. La vida deja de ser algo que “nos pasa” para transformarse en el espacio en los que creamos y  estamos presentes para nosotros y los otros.

Hoy, te invito a que tomes conciencia, que lleves tu atención a tu manera de estar, a  aquellas cosas que te rodean y que si no las tuvieras tu vida no sería la misma…  Te invito a que estés presente en tu vida. De la forma y manera que “Tú” deseas estar. Haciendo con conciencia. Disfrutando los minutos, los segundos… Jugando… Observando que el tiempo es algo que no podemos acumular…  Confieso que no he visto todavía una alcancía de tiempo…  

Por eso, te invito a hacer hoy... disfrutando… logrando… compartiendo… estando presente… teniéndote presente.. Vive hoy… Elige…

El presente es el mejor regalo que tenemos. Es el momento en el que actuamos, el que podemos hacer un giro, si queremos,  y generar una acción diferente, consciente te puede conducir y hacer más fácil  el camino que has elegido transitar…  ¿Hacia dónde?.  

La respuesta depende de ti. 

Luisa Cordeiro



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