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¡ALTO!

20 de Marzo del 2016

¡ALTO!

La velocidad en los cambios, las situaciones imprevistas, los atrasos en los horarios, las ausencias impensadas, los apuros, el congestionamiento del tránsito que nos impide cumplir con los compromisos asumidos, … todo esto y muchas situaciones más, nos generan estrés. Y en este estado y sumidos en esta vorágine de acontecimientos, solemos analizar los proyectos que tenemos entre manos, los compromisos que nos reclaman, la construcción de nuestro futuro.

¿Cuáles crees que pueden ser las consecuencias de analizar tus proyectos desde un estado interno estresado? ¿Cuál será la calidad de los pensamientos? ¿Serán los adecuados para evaluar la situación?

Parar, darnos tiempo para chequear aquello que estamos haciendo, observar si lo realizado nos acerca nos acerca o nos aleja de nuestra meta es una necesidad para quienes estamos insertos en este ritmo de vida que la sociedad nos propone. La familia, el trabajo, la carrera, la amistad, son fuentes de placer, de crecimiento y también de reclamos.

Detenernos a pensar, a reflexionar hacia dónde vamos, que queremos conseguir, que conseguimos, y cuál es nuestro estado interno, es registrar lo realizado hasta el momento. 


Es como pasear por un parque y leer el cartel: ¡Ud. está aquí!Y en este estar percibimos tanto el camino que transitamos como el

que nos falta recorrer para alcanzar un sueño o proyecto. Y nos encontramos a ese lugar al que hemos arribado.

Y es en este lugar, donde si nos damos ese tiempo, podremos celebrar lo ya obtenido, lo realizado. El darnos cuenta del trayecto recorrido, los paisajes que transitamos, la gente que habitó esos espacios, se transforma en el combustible que nos potencia para continuar con la marcha o el proyecto. Y entonces sí, a partir de ese momento, observando todo el paisaje y chequeando el estado interno que genera este reconocimiento, tomar aire y continuar hacia el lugar soñado.

Te invito a mirar a tu alrededor, a observarte y observar los paisajes que te rodean. Aun los paisajes cotidianos, adquieren una nueva luz cuando descubrimos en él, los logros personales. ¿Puedes rescatar cuáles son esos logros?

No hay logro pequeño, cuando el mismo nos acerca al destino que hemos determinado para nuestra vida. Celebra, pues celebrar es reconocer el camino transitado, lo disfrutado y lo creado.

Desde mi lugar celebro contigo el compartir este espacio, que nos da la oportunidad de repensarnos y recrearnos a partir de cada palabra que se transforma en el nexo que nos conecta. ¡Celebremos!

Luisa Cordeiro


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